Review | ‘La Favorita’, duelo de mujeres

Título original: The Favourite
País: Reino Unido
Año: 2018
Duración: 121 min.
Director/a: Yorgos Lanthimos
Productora: Element Pictures / Scarlet Films / Film4 Productions / Waypoint Entertainment
Puntuación pandástica:

Yorgos Lanthimos, un director que no da lugar a la indiferencia. Me resultó curioso ver que una de sus películas, la más “accesible” dicen, tuviese 10 nominaciones a los Oscars… ¿se ha convertido en algo mainstream? Para nada. ‘La favorita’ sí que muestra una trama más… “empatizable”, por así decirlo. Al fin y al cabo, nos muestra la lucha “privada” de tres mujeres que hacen lo que sea por conseguir aquello que quieren. Todo eso contado como una comedia negra y contemporánea (pese a estar ambientada en el siglo XVIII, el lenguaje es actual).

En ‘La favorita’ tenemos tres protagonistas. Primero, y eje de la historia, tenemos a una reina agotada, confusa, ingenua, algo… “despistada” y enferma, interpretada de forma soberbia por Olivia Colman (todos los premios para ella, por favor). Mientras la reina Anne calienta su trono, es Lady Sarah (Rachel Weisz, todos los premios de secundaria para ella, por favor) quien se encarga de gobernar el país y de dirigir al ejército. Abigail (Emma Stone, todos los premios de secundaria ex-aequo para ella, por favor), es la nueva sirvienta de palacio y pariente de Sarah. Abigail formó parte de la aristocracia, pero terminó en la mismísima miseria por culpa de su padre. Ha tocado fondo. Abigail no tiene nada que perder y está dispuesta a recuperar el estatus social que le corresponde. Es una superviviente, que sabe lo que hace. No es nada inocente.

Con Lady Sarah sobrepasada por la situación política del país, Abigail consigue ganarse el afecto de la reina Anne, que está enferma. Es entonces cuando empieza una lucha entre ellas, los celos se convierten en protagonista de la trama y el amor de la reina el objetivo a conseguir. Una guerra en la que todo vale: desde la ironía más sutil, hasta la artimaña más vil.

Las protagonistas de ‘La favorita’ son estas tres mujeres. Poderosas, a ratos inseguras, directas, sin pelos en la lengua e independientes. Y malas, muy malas. Y buenas también, un poco buenas, a veces. Porque ellas se van adaptando a la situación, buscan su sitio como sea. Todas han sufrido en su vida, mucho. Ese sufrimiento para unas es una coraza y para otras su punto débil. Ellas. Ellas son valientes, decididas, ambiciosas, cabronas, manipuladoras , dependientes, fuertes. Curiosamente, los personajes masculinos también son unos cabrones, pero Lanthimos en ‘La favorita’ los muestra así “por naturaleza”. Los personajes, de hecho, tienen la violencia sexual muy asimilada, como si fuera el pan de cada día. Los hombres cada vez que abren la boca, sueltan alguna barbaridad. Son ridículos.

La película está separada en 8 capítulos y va ganando intensidad poco a poco. El “juego” entre ellas cada vez resulta más perverso. Empieza divertida para ir derivando en algo macabro. Porque para Lanthimos, la sociedad, es perversa y oscura.

Los escenarios se repiten, los movimientos son sencillos. La iluminación es natural (se basa en un montón de velas, ventanas grandes y chimeneas) y la música resulta estruendosa y exagerada. Los personajes avanzan y retroceden constantemente, como la lucha por lograr sus objetivos y ese avance también es físico, en más de una ocasión vemos como repiten el mismo recorrido en ambas direcciones. Casi se me olvida mencionar el uso del ojo de pez. No sé si es una elección puramente estética o si quiere remarcar el momento en el que como espectadoras juzgamos a los personajes. Les observamos. Momentos en los que bajan la guardia.

La historia es divertida pero también trágica. Es gamberra. La fuerza recae sobre sus personajes y resulta entretenida en todo momento. Además, los personajes están abiertos a todo tipo de interpretación. ¿Son malas o son villanas? ¿Supervivientes o ambiciosas? ¿Inseguras o manipuladoras? Hay otro elemento que me resulta curioso. ‘La favorita’ se centra en esas tres mujeres y sus peleas, pero también muestra cómo el futuro de un país, la vida de miles de personas, están a cargo de ellas. De unas mujeres en celo y celosas. Una aristocracia a la que no le importa el pueblo, para nada.

Una película notable con unos personajes muy interesantes y llenos de matices. Todas evolucionan, todas cambian. Unas ganarán seguridad, otras serán corrompidas por el poder, otras se sentirán liberadas… Otras querrán ser amadas. Pero todas, en el fondo, saben cual es el sitio que les corresponde.

A partir de aquí… ¡Spoilers!

El final necesita ser comentado, su forma principalmente. Tres planos se superponen con distintas opacidades. Una reina que por fin ejerce como tal por sí misma. Una “favorita” condenada y tramposa. Y unos conejos. Los 17 conejos de la reina. La reina tiene en su habitación 17 conejos, uno por cada hijo que ha perdido. ¡17! Normal que esté como está. Esa superposición de planos remarca tres ideas: la reina siempre va a ser quién esté por encima de todos, Abigail se ha condenado a sí misma por su ambición y falsedad; y los conejos, el sufrimiento, la condena siempre va a estar ahí. Ahora Abigail es un conejo más que vive atrapado, es una persona más que la reina “ha perdido”. Una interpretación, subjetiva claro está.