Review | ¡A ordenar con Marie Kondo!

Título original: Tidying up with Marie Kondo
País: Estados Unidos
Año: 2019
Director/a: Marie Kondo
Productora: Netflix / The Jackal Group
Número de temporadas: 1
Disponible en Netflix España
Puntuación pandástica:Puntuacion_blog_2

Cómo ver Netflix al estilo Divinity y quedarte con las ganas de más drama

Cuando les dije a mis compañeras de DiPandas’ que estaba viendo la serie de Marie Kondo, Nai me respondió: “Yo ví el primer capítulo, la buena mierda”, y tiene razón.

Como a mi me gusta hacer, vamos a ponernos un poco en contexto. Marie Kondo es una experta organizadora japonesa, que se ha hecho famosa a nivel internacional con su libro La Magia del Orden en el que explica cómo ser felices a través del orden y la limpieza en el hogar.  Ahora, esta señora se ha puesto de acuerdo con Netflix y ha creado una serie con el mismo concepto que el del libro: ¡Vamos a ser felices ordenando!

El concepto televisivo en sí, solo tiene de novedoso lo de ordenar, y lo cojo con pinzas porque en el fondo lo que nos enseña es a que rompamos el apego con objetos que guardamos (que la mayoría de veces no sabemos ni que tenemos) y los tiremos de una maldita vez a la basura. Esta parte, en la que enseña a las familias toda la mierda que tienen, está entretenida la verdad. Ver cómo alguien que guarda ropa en el armarito de la entrada de su casa apila dos metros de ropa en una cama de 1,50… me divierte, no lo niego. También está entretenido cuando Marie, a partir de ahora, la Mari, llega a una casa y les pregunta qué les sucede porque aquí es donde empieza lo fundamental de este tipo de programas: el drama.

Lo que nutre programas como el de los gemelos (La casa de mis sueños, Comprar para vender, etc…) de Divinity son las discusiones, las decisiones, las conversaciones, las cosas que salen mal, los imprevistos, el dinero, y puede que un poco, la reforma. Lo que pasa es que la Mari no les llega ni a la suela de los zapatos; no porque no genere toda esa buena mierda, que lo hace, sino porque como directora del programa (si, además de protagonizarlo, lo dirige y lo guioniza) no le saca chicha: el drama es superficial, inexistente, si hay un atisbo de conflicto, se corta al siguiente plano, no deja fluir la frustración y el enfado, tanto que no se ni cómo se llenan los 40 minutos que dura cada capítulo, porque al tema de ordenar le dedica 2 minutos en pequeños cortes.

Después de ver toda la temporada, también os digo que la Mari tiene un poco de razón: hay que tener menos cosas inútiles y aprender a buscarles un sitio a las que se quedan. Voy a reconocer en este punto de la review que he discutido con mi novio gracias a la Mari. Muchas de las cosas que comenta (no lo de saludar a la casa, eso me parece una tontería) son muy lógicas y tienen sentido, al menos para mí. Pero mientras veíamos uno de los episodios, parece que mi novio se sintió muy aludido e inmediatamente dejó claro que la Mari era una señora sin sentimientos ni corazón que obligaba a la gente a tirar sus bienes más preciados, al menos para él. Claro que lo dice alguien que tiene 100 libros en nuestra sala de cuando tenía 5 años porque todos le recuerdan a su infancia…

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Vamos a seguir con la review, porque lo del novio ya tendré tiempo de arreglarlo. Entonces, decía que la chica sabe lo que se hace, pero que hay gente que no tiene muy claro cómo funciona su método (se llama Konmari, por cierto). De hecho, hay un momento que me hace mucha gracia en el programa. Una señora llama a la Mari para que vaya a su casa a ayudarla, pero ella no quiere deshacerse de nada, solo quiere que la japonesa haga su “magia” y se pire por donde ha venido. Básicamente, se cree que es una señora de la limpieza que le va a ordenar la casa.

Luego también está la obsesión de la muchacha por las cajas. Del método Konmari te llevas un diploma de orden y otro de tetris, porque esta señora mete todas las cajas posibles en cualquier cajón que exista. Y no solo usa la caja, también la tapa es una caja. El mundo entero es una gran caja.

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Del programa me llevo un mal sabor de boca con el tema de las labores del hogar. Hay un episodio concreto en el que creo que la madre/esposa vive totalmente supeditada a su familia; me parecía terrible que la Mari le diera consejos para continuar con su esclavitud.

Menos mal que llega un punto en que le dice: “oye, cada uno tiene que ocuparse de sus responsabilidades” y por fin pienso que hay cordura en ese pequeño cuerpo. En general, me da la sensación de que tal y como se pintan las familias en la serie, ordenar y limpiar es cosa de ellas, y esto no me parece algo positivo. Lo que sí me parece positivo es que hubiera dos parejas de homosexuales, que no están tan representadas como debieran en el mundo del entretenimiento.

En resumidas cuentas, es una serie que en realidad es un reality encubierto de documental, algo entretenido, pero que lo mismo te pones la tele y ves a los gemelos.

P.D. Igual solo me pasa a mí, pero la sonrisa de la Mari me da mazo mal rollo durante toda la serie. Yo creo que es un poco psicópata. Sigue sonriendo hasta cuando una de las señoras le habla de su marido muerto mientras llora.

P.D.2 También hago una especial mención a la traductora que le sujeta el paraguas cuando llueve. Yo creo que la tiene secuestrada, pero tal vez es solo mi impresión.

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